viernes, 21 de agosto de 2015

¡Hasta pronto Vietnam!

(Lo sabemos, llevamos muchas entradas de retraso... ¡Vamos a ello!)



Nuestra última parada en Vietnam fue la antigua capital de Vietnam del Sur y centro económico del país, Ho Chi Minh City o como la conocen nuestros padres y aquellos que vivieron la guerra de Vietnam, Saigon. La cosa es que nos hace gracia, que le hayan puesto a la capital del Sur el nombre de la figura comunista más importante del país y eso que sólo estuvo dos veces en ella. Cosas de Vietnam.



Llegamos por la tarde y fuimos directos al hostal que habíamos reservado. El hostal estaba en obras y era cutre hasta decir basta. Las fotos que habíamos visto en nada se parecían con la realidad de ¡un baño para 18 camas! que menos mal, nunca llegaron a completarse. De todas formas íbamos sobre aviso (¡gracias Ana!). Dejamos las cosas en el hostal, damos una vuelta por los alrededores y nos damos cuenta de lo occidentalizada que se encuentra esta ciudad a diferencia de Hanoi y la cantidad de motos que tiene circulando por sus calles. Y es que HCMC, es la cuidad asiática con mayor número de motos por habitante (7 millones de motos, a una por cada dos habitantes). Acabamos cenando en un puesto callejero de bocadillos mientras las dueñas subian fotos a su pagina oficial de facebook con "sus amigos españoles".



Al día siguiente por la mañana tocaba ponerse al día con la historia de este país, pero antes, parada para visitar las catedral de Nôtre Dame (nada comparable con la de París) y la Oficina Central de Correos. La siguiente parada, ahora ya sí, el Museo de los vestigios de la Guerra. El museo está dividido en varias salas con un recorrido recomendado. El museo esta muy bien organizado, empezando por una sala con los hechos históricos irrefrutables que continúa con una colección fotográfica impresionante de los veinte años que duró la guerra (primero contra Francia y después contra EEUU). Las últimas salas muestran las atrocidades que se cometieron por parte de los americanos (torturas, agente naranja, cárceles...) que no pueden dejar indiferente a nadie. Afuera una colección de tanques, bombas, cañones y aviones rodean el edificio. Una visita imprescindible para todo aquel que se acerque a esta ciudad. Antes de comer paseo para ver el ayuntamiento, los exteriores del Museo de Ho Chi Minh y la mezquita de la ciudad. Comemos rapidamente y ponemos rumbo a la excursión organizada de los Túneles de Cuchi (aunque no tiene nada que ver contigo Isa ;).



El minibus nos lleva a unos 40 km de HCMC, una región donde se muestran una ínfima porción de todo el sistema de túneles que crearon los soldados del Viet Cong. Este constaba de tres niveles (3,6 y 10 metros bajo tierra) que conectaba el campo de batalla con sus bases de guerra e incluso salida al río en caso de necesidad. Durante la visita, se muestran al público, cómo camuflaban las entradas de los túneles, los diferentes tipos de trampas para cazar americanos y por último un recorrido por los túneles que a pesar de estar ampliados para los turistas, sirven para hacer una idea de lo asfixiante y agobiante que debía de resultar esconderse y huir por ellos.



El segundo día en HCMC, realizamos otro tour pero esta vez, al Delta del Mekong (¿qué río iba a ser si no?). Turistada en toda regla pero que nos hizo pasar un buen día. Nos enseñaron cómo se hacían dulces con leche de coco (que más tarde se han derretido en nuestros macutos), hojas de papel de arroz, frutas desecadas y pudimos degustar té con miel y lima, y fruta del país. Durante la visita nos hicimos amigos de una pareja de catalanes muy simpática que había estado viajando por Vietnam durante tres semanas, y de una mejicana que después de trabajar seis años sin vacaciones, había decidido cogerse un buen y merecido descanso.



El tercer y último día, tras casi tres semanas de viaje y experiencias compartidas juntos (sin él no habríamos cogido las motos ;), nos despedimos de Lucas, que pone rumbo a Camboya ya que en una semana tiene que encontrarse con un amigo en Bangkok. Esperamos que disfrutes de esta segunda parte del viaje por el país khmer primero, y el de las sonrisas después. 

Por la mañana dimos una vuelta por las afueras de la ciudad descubriendo el ambiente menos urbano y más residencial. Comimos unos Banh Bao rellenos de carne y por la tarde algunos pusieron rumbo al puerto y jardín botánico, otros descansaron en el hostal y por último Elvira hizo amigos vietnamitas mientras descansaba en el parque, que se acercaron a ella en busca de practicar inglés y pasar un buen rato. Por la noche hicimos tiempo hasta que a las 23:30 h nos dirigimos hasta la agencia donde habíamos reservado un bus nocturno a la frontera Camboyana. Hubo un momento en el que temimos quedarnos un día más en HCMC, ya que nos habían reservado para el día siguiente, pero esta vez la mujer de la agencia fue muy amable y nos lo cambió tras un par de llamadas sin problemas.



Así es como nos despedimos del País del Dragón de Fuego tras tres semanas intensas e inolvidables.



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